“NO SÉ SI DEJAR AHÍ TODO PARA NO PERDERLO

Mi historia empieza así. Febrero 2012. Mucho tiempo antes lo había visto, jamas lo observé e incluso una amiga no tan cercana en ese tiempo pero me caía bien. A ella le gustaba él y siempre lo hablaba y todo.

Fue así durante algún tiempo, pero jamás imaginé que en febrero de 2012 iba a conocerlo a él en una graduación de un colegio. Fui con una amiga mía que me hablaba que le gustaba él. Lo conocí, ese día bailamos me pidió mi “pin”(bbmsn). Luego empezamos a hablar seguido y nos fuimos de viaje a la playa, lugar donde comenzó algo y donde viví algo muy lindo. Ahí nos besamos frente al mar en la noche. Yo no sabia cómo era él, pero mala persona no era.
Volvimos a la realidad. Él me acompañó a visitar a una amiga a la clínica Siempre él atento y ese día, ese día vi al hermano. A él también lo había visto antes porque estaba en las reuniones sociales de una amiga, pero jamas hablamos ni nada. Ese día lo vi y me vio.
No sé cómo, pero empezamos a hablar tanto en un momento casi que coqueteábamos; pero era más que eso, era “confianza”. El tiempo pasó, meses. Todo con el hermano menor de él iba ya mal y yo le contaba todo. A quien decidí llamarlo “mi mejor amigo”. Pero jamás se metía en lo del hermano y yo para no alargar me obsesioné mucho, hasta que quizá no pensé antes de actuar pero fue un momento especial.
En el mes de noviembre tuve mi primera vez con él, pero él jamás fue mi novio. Sólo era “quien amaba”. Pero la vida es tan irónica… Tuve mi primera vez, fue hermoso. Él pensó que quedé embarazada. No me dejó sola, pero el no quiso tener una relación formal conmigo. Sólo pensaba en tener relaciones.
Pero con el tiempo no sé que sucedió y mi mejor amigo (su hermano) y yo teníamos tanta confianza que después de meses un día nos quedamos solos los dos y siempre dormíamos juntos, pero ese día no entendí que pasó y nos besamos. Ese día creo que cambio todo. Otras ocasiones nos volvíamos a besar a solas los dos. Y una tercera ocasión tuve mi segunda vez de relaciones y fue con él, con mi mejor amigo. Que a pesar de ser hermano de quien creí amar y con quien tuve mi primera vez y por quien sufrí mucho, pero no entiendo por qué tuvo que pasar esto con mi mejor amigo, por qué se logró sanar todo dentro de mi.
Esto es un secreto. Sólo él y yo sabemos lo que estamos viviendo. Pero él sale con una chica, no son novios y me cuenta todo. Actúa normal porque no queremos perdernos, no queremos perder esa amistad. Y ahora esta resentido por algo conmigo pero no sé qué hacer.
No sé si dejar ahí todo para no perderlo y dejar que el tiempo decida. Sólo se que lo adoro y valoro demasiado nuestra amistad y decidí guardarme hasta el matrimonio. También pienso si mi futuro esposo me valorará a pesar de que ya no soy virgen.

“DICE QUE ÉL NO DESEA PERDER SU VIRGINIDAD

Todo comenzó una tarde en el colegio. Estaba con mis dos amigas, cuando vimos pasar a un chico que no habíamos visto antes. Mi amiga al verlo quedó deslumbrada diciéndome que le atraía. Pasó que a mí también me atraía, pero decidí ayudarla a ella, pues yo conocía al amigo de él. Me acerqué donde el amigo para pedirle el numero, diciéndole que a mi amiga le atraía y se lo di a mi amiga.

Al día siguiente le pregunte si habían hablado y me dijo que sí, pero que era muytímido y que ya no le atraía. Yo me alegré con esa noticia, pero pasaron varios meses hasta que me atreví a mandarle un mensaje, ya que cada día me sentía más atraída hacia él.
Él respondió mi mensaje. Le dije que era la amiga de “María”, así llamare a mi amiga. También me atreví a preguntarle si a él le gustaba ella y me dijo que no. Pues estuvimos mensajeando como dos días, pero luego no lo volvimos a hacer. Pasó ese año y nada.
Al año siguiente nos mensajeamos varias veces, pero él me decía que yo le gustaba. Pero luego de eso lo miraba con una novia diferente. Entonces no volvíamos a hablar. Era su último año en el colegio y nada pasaba. Yo sentía que se iba a graduar y me quedaría solo con las ganas de estar con él, pues ya casi iba a terminar el año, cuando él decidió hablarme, pero por mensaje, pues yo ya había salido del cole pero él no por cuestiones de exámenes y cosas de la graduación. Yo respondí su mensaje y me dijo que yo siempre le había gustado, pero que él tenía miedo de lastimarme y que si le daba una oportunidad él se iba a portar de lo mejor conmigo.
A mí me daba un poco de temor porque sabia como era él. Estuvimos ocho meses intentando algo sin ser novios, pero ya parecíamos novios. Todo era muy lindo hasta que decidimos vernos y ese día comenzamos una relación. Yo me sentía en el cielo, porque era la relación más bonita que había tenido. Si nos enojábamos, él me llamaba llorando, pero a llanto partido, diciéndome que no quería que siguiéramos enojados.
Era tan lindo conmigo… Cuando cumplimos el primer mes de novios, me llevo un ramo de rosas y un dibujo a mi aula de clases. Fue muy lindo y siempre que cumplíamos meses me regalaba algo. Ha sido mi mejor novio.
Ya tenemos 17 meses juntos, pero él ha cambiado un poco. Dice que me ama y que soy el amor de su vida, resulta que los dos somos vírgenes y él dice que quiere que su primera vez sea conmigo. Incluso ha rechazado algunas ofertas porque quiere que sea conmigo. Dice que si lo hacemos todo va a mejorar, que será más grande el amor.
Pero hay algo que me ha molestado y es que el comenzó a agregar amigas a suFacebook e incluso le mire unos mensajes raros con una amiga suya en Facebook. Pero nada pasó, sólo eran mensajes por Facebook y él dice que hablaba así con ella porque ya no aguanta estar sin tener relaciones, pues él tiene 20 años y yo 18.
Él me pide que tengamos relaciones. Dice que las cosas cambiaran para bien, dice que no me dejará y que luchará por comprar una casa y darme la vida que merezco. Que él no desea perder su virginidad con nadie más y yo tampoco. Quiero que sea con él porque siento que es el amor de mi vida.
Él es muy atento conmigo, es diferente. Incluso hasta mis amigas me dicen que ojalá se encontraran un novio así. Él me ha aguantado mucho porque soy un poco enojada y celosa, pero siempre ha seguido conmigo porque dice que me ama y sé que me ama. Incluso hasta lo he hablado con mi mama y me dice que lo haga siempre y cuando me cuide, pero es que me da un poco de miedo tener relaciones sexuales.

HISTORIA DE DESAMOR: ME DEJÓ AL QUEDARME EMBARAZADA

Esta es mi historia de amor o mejor dicho de desamor. Cuando tenía 18 años me mudé a otra ciudad. Al llegar a mi universidad me fui difícil acoplarme porque era bastante tímida y en mi nueva ciudad las chavas eran muy lanzadas, pero lo conocí a él, un chico maravilloso. Se llama Raúl, era el más inteligente de la clase y era bastante atractivo. Desde el instante que lo escuché hablar me cautivó. Se podría decir que fue amor a primer oído. Siempre me han cautivado los hombres inteligentes; pero a él no le paso igual conmigo.

Pasó el tiempo y poco a poco nos fuimos haciendo amigos, descubrimos que a los dos nos apasionaba la poesía, así que nos empezamos a llevar muy bien y a tener largas e interesantes charlas. Nos habíamos dado nuestros correos y no solo platicábamos en la universidad sino también por las noches por Skype. Para mí todo era un sueño sentí una conexión muy grande con él, nunca me había sentido así con ningún hombre.
Pasó más o menos un año y finalmente me pidió que sea su novia, yo me puse tan feliz y dichosa que sin dudarlo le dije que sí. Para mí todo fluía maravilloso, vivía en las nubes. Estuvimos así por 4 meses pero de pronto el empezó a ser indiferente conmigo, parecía que le aburría mi compañía, trataba de evitarme hasta que un día que íbamos a salir me dijo que no podía porque tenía un compromiso familiar. Yo le creí aunque intuía que pasaba algo más.
En vista que no salimos, decidí salir con mis amigas y resulta que lo encontré en compañía de otra chava. Yo me sentí realmente mal, él no me vio porque me oculte. Ese día sentí que todo mi mundo se venía abajo. Toda la noche llore y pensé en que decirle al otro día; pero por más que lo intente no le dije nada, pensé que él me daría una explicación y me pediría disculpas; pero no lo hizo más bien seguía más indiferente.
Yo lo confronté y le pregunte que ocurría y solo se limitó a decirme que no podía seguir más con la relación porque sentía que yo estaba muy enamorada de él y que él no podía corresponderme igual; que para él era muy difícil enamorarse, y que no me quería hacer daño porque yo soy una chava muy linda y que vale mucho. Yo me sentí morir, lo único que pude hacer en ese momento fue llorar y el me consoló diciendo que él me apreciaba mucho y no quería perder mi amistad.
Para mí fue duro aceptar eso, pero lo hice no me quedaba de otra. Se terminó el semestre y todas esas vacaciones yo la pase muy mal porque no lo veía; pero al llegar a clases nuevamente llego una nueva compañera, era una chava bastante inteligente y muy bonita. Él de inmediato puso sus ojos en ella, a mí casi ni me hablaba.
Pasaron los días y finalmente ellos se hicieron novios. Eso me devasto, era tan doloroso verlos juntos abrazándose y besándose, incluso él era más cariñoso y afectuoso con ella de lo que fue conmigo. Yo odiaba ir a clases porque sabía que los vería juntos.
Pasó el tiempo y mi madre sufrió un terrible accidente. La verdad, eso me puso peor. Estaba muy deprimida, ella estaba en cuidados intensivos en un estado crítico. Yo, obviamente, empecé a faltar a clases por estar pendiente de mi madre. Supongo que él se enteró de lo que me estaba ocurriendo, pero nunca me llamó si quiera a preguntarme como estaba mi madre o como me sentía yo.
En fin, la situación se alargó por unos dos meses hasta que gracias a Dios mi madre mejoro notablemente y salió del hospital. Pero yo que había faltado mucho a la universidad no pude pasar el semestre y lamentablemente lo perdí. Así que al siguiente semestre ya no éramos más compañeros.
Pasó el tiempo y lo veía de muy de repente por la universidad, él siempre con su novia muy felices y cariñosos. A mí apenas me saludaba.
Pasaron tres años y yo aún seguía amándolo, el termino la universidad y seguía con su novia. Yo en todo ese tiempo salí esporádicamente con chicos pero ninguno me llenaba como él lo hizo. Siempre pensaba en él aunque ya no me dolía como antes.
Al fin que yo ya estaba por terminar mi carrera, conocí un chavo, era muy simpático bastante gracioso y se mostraba muy interesado en mí. Es así que me propuso ser su novia y yo acepté. No lo amaba pero me gustaba su compañía; entonces un fin de semana fuimos de paseo a un pueblo costero que es bastante conocido, iba a ir con mis primos también, así que mis padres me dieron permiso.

Pero en este lugar, para mi gran sorpresa, lo encontré a él, a mi amado Raúl, era más de un año que no lo veía ni sabía nada de él; así que me dio mucha alegría verlo. Él también pareciera que le alegro encontrarme, ese día me lo tope por todos lados y el me invito en la noche a salir. Yo que estaba con mi novio no sabía que hacer; pero preferí mentirle y le dije esa noche que me sentía mal y el y mis primos se fueron a un antro, yo por mi parte quede en encontrarme con Raúl en la playa, me escape del hotel y me fui a la playa. La pasamos tan genial era como si el tiempo no hubiera pasado, charlamos tantas cosas incluso de poesía. Me sentía nuevamente en las nubes, y como él estaba solo supuse que había terminado con su novia, aunque preferí no preguntar. Esa noche paso algo maravilloso para mí porque hicimos el amor en la playa, para mí fue la experiencia más linda de mi vida. Yo nunca había estado con nadie y el hecho de que Raúl sea el primero era lo más maravilloso que me había pasado.
Al otro día tuvimos que partir, Raúl me pidió mi número y yo obviamente se lo di. Al llegar a la ciudad terminé con mi novio porque no quería hacerle daño, el acepto resignado aunque me dijo que no se rendiría que trataría de conquistarme porque yo le parecía una chava genial.
En fin, yo estaba muy ilusionada por Raúl. Me empezó a llamar y empezamos a vernos frecuentemente. Tuvimos relaciones unas cuantas veces, estuvimos así casi por tres semanas y yo estaba nuevamente enamoradísima de él. En una noche me decidí a decirle todo, pero me daba pena. Yo siempre había sido muy tímida así que le escribí un poema era algo largo pero ahí le contaba todo el amor que sentía por él.
Al día siguiente le llame para decirle que debíamos hablar y él me dijo que justamente él también tenía algo que contarme. En la noche nos encontramos, le dije que tenía algo que mostrarle y él dijo que también tenía algo que mostrarme entonces saco un estuche, al verlo supe de inmediato que era un anillo, no sé porque razón pero pensé que era para mí, casi lloro de la emoción; pero él de inmediato me dijo que lo había comprado hace meses, que era para su novia que ella llegaría en unos días de un viaje del extranjero y que le pediría que se casara con él, que estaba realmente enamorado de ella, que era la mujer de su vida, que nunca había sentido lo que siente por ella.
Yo me quedé en shock, me sentí terriblemente mal, casi no pude contener mis lágrimas, pero trate de disimular le dije que estaba muy feliz por él, y que le deseaba lo mejor, luego le dije que necesitaba ir al baño, pero lo único que hice en el baño fue llorar y llorar.
Como estaba demorando mucho, él había sacado de mi cartera mi poema, al regresar yo se dio cuenta que estaba muy mal, y además por el poema que ya lo había leído, sabía que estaba enamorada de él. De inmediato me pidió disculpas me dijo que no era su intención hacerme daño, que él me aprecia muchísimo pero como amiga que no quería que yo confundiera las cosas, que quisiera ser mi amigo y que yo vaya a su boda. Yo me repuse y le dije que no había problema, que seriamos amigos que le deseaba lo mejor del mundo y luego me fui de ahí.
Eso fue lo peor de todo lo que me había pasado. Me sentía muy mal, entre en una terrible depresión y no salí de mi casa por varios días. Él no me llamó nunca más, y yo tampoco a él, es más hasta cambie mi número.
Pasaron algunos meses y yo me entere que se había casado y que era muy feliz. Traté de reponerme y empecé a hacer nuevamente mi vida. Coincidencialmente el chavo al que deje por Raúl me empezó a buscar y salimos nuevamente. La verdad, la pasaba muy bien con él, el me hizo olvidar un poco de Raúl, pero me di cuenta que él no quería nada serio. Me empezó a insinuar que tengamos sexo y yo pensé que si lo hacía me olvidaría definitivamente de Raúl. Tomé una decisión muy precipitada y finalmente tuvimos sexo una única y sola vez, y pasó lo inesperado: quede embarazada.
No lo podía creer, era como si todo se me venía abajo, no era posible que esto me ocurra a mí. En cuanto lo supe, sabía que debía tenerlo porque siempre he estado en contra del aborto, no podría matar a un indefenso niño y menos a mi propio bebe. Entonces pensé que me tendría que casar con aquel chavo sin quererlo, pero que lo haría por darle un padre a mi hijo.
Pero estaba tan equivocada, en cuanto se lo dije, él dijo que ese bebe no era de él y que me las arreglara sola, así que desapareció para siempre de mi vida. Tuve que afrontar todo sola, mi familia es muy conservadora y esto fue súper duro para mí, además porque todo el mundo juzga a las madres solteras como si fuéramos lo peor de la sociedad.
Ahora mi bebe ya tiene seis meses, no me arrepiento de haberlo tenido. Es la persona que más amo en el mundo y sería capaz de dar mi vida por él. Yo trabajo para mantenerlo y no tengo el apoyo de nadie. Estoy sola, sé que Raúl está muy bien con su esposa y el papá de mi hijo también ya está casado. Solo pienso en sacar a mi bebe adelante. No quiero enamorarme nunca más y lo unico que anhelo es hacerlo muy feliz a mi bebé, ya que yo no pude serlo.

ESPERÉ TRECE AÑOS A QUE ME BESARA

Hola soy Hugo y tengo 32 años, ahora que mi vida parece estar en un momento tranquilo me he sentado a reflexionar sobre lo anteriormente vivido. La verdad que me siento orgulloso de mis actos pero, por otro lado, me hubiera gustado haber pensado más veces con la cabeza y no haber hecho sufrir a tanta gente, en especial a las chicas.

Nací en una familia muy acaudalada y acomodada gracias a la fuerte participación de mi abuelo en el régimen fascista. Mi padre es director de un banco y mi madre una prestigiosa abogada. Jamás tuve problemas para saciar mis caprichos materiales, todo lo que yo quería lo tenía en cuanto habría la boca. Quizás fue eso lo que me impidió aprender a considerar mejor las cosas, pero no quiero centrarme en temas materialistas.
A pesar de estar en el siglo XXI la clase social en la que me encontraba era tremendamente superficial, racista, frívola, fascista, cristiana, conservadora… Podría continuar pero me imagino que ya os hacéis una idea de cómo son esas gentes.
Quería situaros, nada más.
De niño era muy inquieto, nervioso y muy travieso a mis padres les traía de cabeza y a mis tatas aún más. Cuando yo tenía 4 años mi padre tan sólo contaba con 24 primaveras y mi madre con cuatro menos. Por las noches a penas les dejaba dormir y aún menos consumar sus votos matrimoniales, seguramente les dieron ganas de matarme…
En el colegio sólo me importaban tres cosas: jugar, cambiar cromos y Paula, ahí es dónde quería llegar. No llegaba ni al metro y medio y ya la tenía en la cabeza. La veía en el colegio y muchas veces en casa, nuestros padres se conocían de toda la vida y mantenían una gran amistad además de la misma profesión en el caso de los hombres. Eso hacía que yo pasara más tiempo con ella que con ningún otro niño o niña de mi edad. Jugábamos juntos, nos reíamos, rompíamos cosas y nos entendíamos a la perfección y todo seguía igual hasta que cumplimos los once. Entonces llegaron las revoluciones de hormonas, el interés por encontrar pareja, la diferentes maneras en gastar nuestro tiempo libre y bla, bla, bla. Lo único que permaneció inmune fue mi amor hacia a ella y que aunque no me aguantaba pasábamos el mismo tiempo juntos que antes.
A ella ya sólo le interesaba las Spices Girl, el mantener vivo a su tamagochi rosa, comprar toda la ropa que le apeteciera y el gustar a los chicos.
Yo por mi parte seguí interesado en los juegos de mi infancia, el fútbol y los toros, surgió un interés nuevo, probablemente en el que gastaba más tiempo, el sexo. Esto último hacía que me pasara el día pensando en tetas, en llegar a casa y poner una porno sin volumen para que nadie sospechara. Aún con todo eso mi sentimiento a Paula no cambiaba, es más se acrecentaba. Era tan guapa, rubia, con unos preciosos ojos azules con una silueta que comenzaba a derrochar sensualidad, con una boca preciosa y un pecho mágico, con sólo mirarlo mi miembro levitaba. Lo siento, era culpa de la testosterona.
Un verano, disfrutando de nuestras vacaciones en Marbella decidí hacerme el valiente y declararle mi amor. Sentía que necesitaba hacerlo, no buscaba fines simplemente quería abrirle mi corazón y al ser posible ganarme un beso. Me contestó con un claro “Hugo yo busco algo mejor, tú eres ni mucho menos lo que yo merezco”. La contundencia en la frase hizo que me derrumbara, salí corriendo a mi habitación y se me saltaban las lágrimas. Tenía la certeza de que jamás podría aspirar a ella.
Pasó un año y ya tenía doce para trece había crecido bastante y ya media 1,77, la barba comenzó a brotar y los pelos rubios de mi cabeza comenzaron a salir por todas partes. Aquel cambio a las chicas les gustó, incluso me catalogaban como el más guapo de la clase. Las chicas comenzaron a interesarse por mi, cosa que adoraba, todas menos Paula, para ella seguía siendo ese crío que jugaba con ella.
Una noche mientras cenábamos en casa de sus padres me dijo, para mi sorpresa, que fuera a su habitación, se disparó mi imaginación con imágenes sacadas de pelis porno y como de costumbre mi soldadito reaccionó con la imaginación. Pero para mi desgracia Paula no quería contacto físico, sólo buscaba un idiota que robara un cigarrillo a su padre. Como sus deseos eran órdenes hice lo que me pidió. Salimos a la pequeña terraza de su cuarto y comenzamos a hacer eso que sólo era de mayores y que hasta los dieciocho no deberíamos haber hecho. Yo tosía y ella aún más y nos reíamos uno del otro como cuando eramos niños, esa sensación me maravilló y me sentía plenamente feliz. Al rato, ella se mareó a causa de la inhalación de humo y yo para evitar broncas la reanime como pude con la ayuda de agua. Tras sobreponerse del desmayo se mostró agradecida hacía mi persona. Era la primera vez en toda mi vida que sentí haber hecho algo provechoso. Aquella noche me sentí realizado, pletórico, lleno de felicidad por el simple motivo de que me hubiera visto como un hombre. Ese pensamiento era una absoluta tontería, seguramente producto de la edad que tenía.
Ese mismo año comencé a cambiar y probablemente para peor porque empecé a creerme lo que las chicas decían de mí, que si era guapo, que si estaba muy bueno,…Y yo en plena borrachera ególatra decidí dejar de lado a las chicas de mi edad y centrarme en las de bachiller. Mis amigos las veían inalcanzables pero yo, que me sentía el centro del mundo, el más guapo del universo y me lancé a ir a por ellas. En realidad mis actuaciones eran chulescas y desagradables pero mi corazón continuaba llevando tatuado a fuego el nombre de Paula.

Como dije antes me centré en las chicas mayores. Tras la experiencia que ahora os contaré os aseguro que los “chulos” las encantan.
Elegí entre todas esas chicas, que para mis amigos eran inalcanzables, a una morena que llamaba la atención por donde pasara, era realmente guapa. Poco a poco fui conquistándola, eso sí ocultando mi edad y modificándola con cuatro años más, así que para ella tenía dieciséis. Estuve tres meses de relación y llegó mi cumpleaños y con él los trece. Andrea, el nombre de mi “novia”, si se la puede llamar así, me regaló el sueño de todos los chicos de mi edad, mi primera vez.
La experiencia la recuerdo memorable, tras esa increíble sensación decidí dedicar el resto de mi vida al sexo, era excitante, placentero, descargaba adrenalina, liberaba mis tensiones, y sobre todo era con una chica. La veía tan guapa y a la vez tan caliente, gozaba tanto gracias a mi, que me hacía sentir poderoso. Me encantaba como se estremecía, como me arañaba la espalda, como gritaba, como le cambiaba el rostro. Era idílico todo en si. Pero tras eso no paraba de preguntarme como seria aquello con Paula, sin duda sería el momento más esperado de mi vida.
Dos meses después lo deje con Andrea, y comenzaron dos años de borrachera sexual con todas las chicas que me entraban por los ojos. En pleno momento álgido de mi vida, sobre todo, sexual. Volví, de nuevo, a veranear con Paula y tras algunas conversaciones con ella me pareció vislumbrar celos, y no conseguí averiguar si eran celos porque estuviera con otras y no con ella o celos de no sentirse la más deseada por mi. Aunque en el fondo si lo era.
Para finales de verano, y como de costumbre, visitamos nuestro el pueblo, otra cosa más en común que teníamos. Era primeros de Septiembre y las fiestas patronales se acercaban, el pueblo se vestía de gala y la masa social empezaba a crecer como la espuma.
Una noche según caminábamos hacía la ermita, algo típico de nuestro pueblo, nos sentamos Paula y yo en un banco. No sé porque la tensión sexual iba in crescendo y sin esperármelo Paula se lanzó a mis labios, y nos enzarzamos en un tórrido beso que me dejó sin palabras.
Aquella noche me la pasé en vigilia y no cesaba de pensar en ese beso. No era como todos los demás, era especial, fue una espera de trece años para poder recibirlo. Hasta el momento no había sentido ni siquiera algo parecido.
A la mañana siguiente, cuando la vi por primera vez después de aquel maravilloso beso, la notaba algo tímida conmigo, apenas me miraba a los ojos y ni mucho menos se atrevía a dirigirme la palabra. Así que como dice el refrán “si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma” y me dispuse a entablar una relación.

SE OLVIDÓ DE MÍ MUY RÁPIDO

Hola, yo soy una de esas chicas que se ilusiona rápidamente y que ha tenido muchas razones para reír y llorar por motivo de dichas ilusiones, pero aquí les va lo mas fuerte que he sentido.

Lo conocí en el colegio, él era menor que yo tanto edad como en curso. Lo veía como un tonto mas, pues tan solo era un niño así que empecé a pensar pues si es un niño, ¿qué es lo peor que me puede hacer? Soy de esas chicas muy extrovertidas así que todos pensaban: “Pobre muchacho, tan bueno y con esa fiera…” Me causaba risa a donde podía llegar la opinión del ser humano. Pero eso no es el caso.
Todo avanzaba rápido: el primer beso, después relaciones sexuales por primera vez para mi, no sé para él. Yo confiaba en él mas que en nada, a pesar de que era un mentiroso y yo lo sabia, pero también sabia que necesitaba mucho cariño y comprensión y eso tenia yo de mas. Le amaba más que a nada, era perfecto estar con el, aunque él dudara tanto de mi y nos hiciéramos tanto daño. Su madre no me aceptaba y teníamos miles de problemas, pero al final del día lo importante era estar con él. Después de cada pelea, él se aparecía en mi casa y eso que no vivimos para nada cerca y me pedía perdón. Si era en la madrugada recibía su llamada a las tres. El caso es que no dejaba que amaneciera sin decirme te amo y pedir excusas.
Ya me estaba cansando del mismo juego, ya saben de que me dañara, insultara y maltratara sin razón solo por dudas que el tenia, y luego pidiera perdón así que una noche después de tener una discusión y que el me dejara sola en una plaza, decidí dejarlo. Siempre le decía que seria hasta un día, si él llamaba la respuesta era no. Él estaba muy ocupado teniendo relaciones por ahí, y yo conociendo idiotas nuevos, no para tener nada en especial. Yo después que lo tuve a el no quede con gusto de sentir otra vez.
Han pasado 7 o quizás 9 meses y lo amo como si fuera ayer. Solía escuchar el teléfono sonar de madrugada, así que me levantaba de la cama y lo cogía. No había nadie mas que el tono. Me fui de viaje por un mes. Él dijo que me dejaría ese tiempo para pensar. Me había dado cuenta de lo mucho que le extrañaba. Otra vez estaba pensando con los ojos del amor y la magia, estaba dispuesta a intentar bregar con el y sus 7 personalidades.
Después de todo me siento vacía sin el, yo misma me siento nada. Él nunca llamó. Ahora sé que tiene otra, pero no otra mas como las que tenia meses atrás sino alguien de verdad. No sé de donde saca tantas mujeres diferentes y yo aquí sola porque no dejo de pensar en él.
He tenido mis aventuras, porque no soy ninguna santa, pero aún lo extraño. Es mi vida, mi todo, siento que todo lo que vivimos fue una gran mentira. Yo nunca he derramado lágrimas después del primer mes de estar sola. A veces quisiera botarlas y salir de eso, mas no puedo.
Lo veo en el colegio todos los días, mas el ni me mira algunas personas dicen que me amó mucho. En realidad que la que dañé todo fui yo. Yo sólo sonrió y pienso que nadie estuvo en mi lugar y la única que le sigue amando soy yo. Él se olvidó de mi muy rápido y yo aquí lo sufro sola en carne propia porque así lo prefiero, porque hasta que no venga alguien que me anime aunque sea un poco de como el me animó eso no pasara.
Lo amo y todas las mañanas me pongo una mascara y me hago la fuerte, pues no puede tirarme a morir por mas que lo ame. Te amo, vidita, aún te espero. Tú y yo por siempre, ¿recuerdas?


EL AMOR NO TIENE EDAD

Hola, me llamo Ágatha y tengo 16 años. Estoy enamorada de un hombre de 30 desde hace 4 meses, y no se hasta qué punto merece la pena esta relación.

Un día se acerco a mí un hombre extraño y me dijo que vivía a pocos pasos de mi casa, y que me veía pasar por su puerta con el uniforme del colegio muy a menudo. Me transmitió una sensación muy extraña, tanto un poco de miedo como una atracción inexplicable.
Empecé a encontrarme con él y nos dimos los teléfonos, empezamos a chatear casi a diario, y un día lo vi inesperadamente. Me acababa de picar una abeja y yo tenía la pierna hinchada. Entonces me tocó para ver la inflamación y justo en ese momento los dos sentimos algo extraño, puede que fuera eso a lo que llaman “amor”.
Me decía que le encantaba y que ojalá tuviera al menos 18 años.
Al cabo de unos días le pedí que nos llevara a mi amiga y a mí a una discoteca y, sorprendentemente, se quedó con nosotras. Cuando pasó un rato me dijo que quería hablar conmigo y salimos los dos a su coche, una vez allí me dijo que no le importaba la edad, que yo le gustaba mucho y que podríamos intentarlo. Intenté no caer en la tentación, siendo consciente de que era una locura esa relación, pero sin poder evitarlo acabé besándolo hasta las 6 de la mañana que tuve que irme a casa.
Empezamos a vernos casi a diario y nos pasábamos las noches enteras en su coche besándonos. Nos íbamos a un mirador desde donde se apreciaban unas vistas preciosas de Málaga.
Estábamos siempre a escondidas. Una de las cosas que más me gusta de la relación, ya que no quería que nadie me viera con él y pensara que estaba loca. Mi conciencia me repetía una y otra vez que lo que estaba haciendo estaba mal y que no iba a llegar a ningún lado, que estaba perdiendo el tiempo. Pero mi corazón sentía algo nuevo, algo extraño. Un amor inexplicable, no era capaz de rechazarle por mucho que me enfadara porque sentía que me hacía falta, crecieron en mí muchos sentimientos nuevos.
Él despertó en mí algo que ningún otro había hecho, una pasión que me llevaba a arañarle toda la cara y tirarle del pelo con fuerza mientras le besaba el cuello. Me transmitía mucha seguridad y sobre todo amor.
Se iba de mi casa alas 7 de la mañana y volvía al ratito para traerme el desayuno, me regalaba rosas y se preocupaba mucho por mí, me hacía sentir muy orgullosa de lo que soy.
Poco a poco se fue ganando mi confianza y mi cariño, así que decidí entregarle mi virginidad, fue todo muy bonito.
A su vez nos peleábamos mucho, ya que debido a esos 14 años de diferencia, chocábamos mucho en la forma de pensar. Además el tenía dos hijos, un trabajo, etc… y yo estaba estudiando primero de bachiller, entonces nos venía bastante grande a los dos. Pero el amor superaba todos los obstáculos, los comentarios de la gente, los celos y esas cosas de pareja.
Hoy en día llevamos 4 meses, y a pesar de las peleas casi a diario, nos esforzamos por entendernos el uno al otro y entender que para ninguno de los dos es fácil. Nos queremos mucho, pero en parte yo sigo sin saber si estoy haciendo lo correcto o solo será algo pasajero…

Yo nunca me había planteado, ni si quiera hubiera pensado enamorarme de un hombre tan mayor para mí, pero así sucedió.
De esta historia saco que el amor lo puede todo, y que no hay que juzgar a nadie por su físico, su edad, su raza o su sexualidad, ya que nunca sabes de quién te puedes enamorar o qué te puede pasar mañana.
También he aprendido que hay que aprovechar las oportunidades, y ser lo más felices posibles, porque al fin y al cabo solo hay una vida, y , para qué preocuparse tanto por ella si algún día acabará. Algún día cuando seamos viejos y nos acordemos de todo lo que hemos hecho en la vida, nos arrepentiremos más de las cosas que no hicimos que de las que sí.
Gracias por leerme, espero que os haya gustado. Saludos.


ME DUELE VERLO FELIZ SIN MÍ

Hola, ésta es mi historia. Todo empezó en Junio del 2009 cuando entré a un colegio nuevo. Yo tenía 13 años en ese entonces y no buscaba nada serio, solo me gustaba pasar el tiempo con amigos; hasta que un día un amigo me dijo que un chico del curso (que no me gustaba para nada) gustaba de mí. Él me molestó todo ese año para poder darme un beso, que no lo consiguió. Terminamos el año y nada había pasado entre nosotros.

Al año siguiente, cuando volvemos a empezar el colegio en marzo, él había repetido de curso y yo había pasado al año siguiente. Él estaba mucho más lindo y había llamado mi atención. Empezamos a hablarnos más y una amiga que teníamos en común siempre nos molestaba con que teníamos que terminar juntos.
Un día, éramos dos amigas y él que nos teníamos que venir a mi casa a hacer un “trabajo para el colegio”. Cuando llegamos a mi casa, todos empezamos a jugar como chicos, haciéndonos cosquillas hasta que en un momento nos quedamos solos y nos dimos nuestro primer beso. Sentimos una conexión que nos quedamos mirándonos fijos. Algo se había despertado en nosotros y sabíamos que desde ese momento nada nos iba a poder separar.
Semanas después el me propuso ser la novia. Teníamos tan solo 14 años y sentíamos que nos amábamos de toda la vida. No podíamos creer que algo tan lindo podría ser verdad y que de una simple amistad podía surgir ese amor. Los meses fueron pasando y llegó el momento que nuestros cuerpos se hicieron uno. Hicimos el amor, nuestra primera vez que jamás voy a olvidar. Esa sensación de plenitud infinita al hacerle el amor hasta el punto de sentir que ya no existes. Ese instante en el que podrías morir porque sabes con toda certeza que jamás en la vida volverás a sentir nada igual. Era amor, sin duda todo era amor, pero llego el día en que cometimos el error de querer hacer vidas de grandes, empezamos a quedarnos a dormir en nuestras casas juntos, ir al colegio juntos y hacer una vida totalmente de casados a los catorce años.
Empezaron a haber muchas peleas entre nosotros por celos. Según él, yo era muy linda y tenía miedo de perderme pero se transformó en una persona enferma de celos, no tenía amigas ni amigos, me había quedado sola pero nada me importaba porque lo tenía a él al lado mío, él era mi vida y era todo para mí, teniéndolo a él yo no necesitaba a nadie más a mi lado.
En diciembre del 2010 yo voy a un quince de una amiga, y cometo el error de serle infiel. Él jamás me lo perdonó y tampoco me lo perdoné a mí misma. Cómo pude ser tan inmadura y hacerle una cosa así. Él se enojó mucho conmigo y se fue en enero de 2011 de vacaciones solo con los amigos y me dejo a mi sola a 400 km de distancia. Al principio me enoje mucho, pero en el fondo yo sabia que tenia que pagar por mi error.
A los días el vuelve y me viene a ver a mi diciéndome que me extrañó y que me amaba, todo volvió a ser como antes y nos fuimos de vacaciones juntos con su familia y la mia.
A los tres meses después de toda la crisis que pasamos, cumplimos el año de ser novios, momento único en el que faltamos al colegio y me despierta con un desayuno enorme para compartir y con regalos. Yo lo sorprendo cuando le doy el que le había preparado: había envuelto una caja con papel rojo y le había pegado fotos nuestras y de la caja volaba un globo en forma de corazón que decía “te amo”. Puedo asegurar que su cara fue hermosa y le brillaron los ojos, y adentro de la caja millones de regalos, cartas, bombones, un peluche y cosas que le gustaban a él. Terminamos el día yendo a cenar a un restaurant y después a una heladería.
Era todo hermoso, nuestra relación era lo más lindo que teníamos, todos nos veían de afuera y nos repetían siempre lo bien que se nos veía juntos porque a pesar de las piedras que nos puso la vida, nunca nos cansamos de tropezar y salir adelante. Cada día la vida nos ponía aprueba y nunca nos pudo vencer.
Pero nada es para siempre, ¿no? Claro que no, llego el día, el día de la separación, fue un 20 de agosto del 2011 alrededor de las siete de la tarde en mi casa, cuando una simple discusión se transformó en una guerra. Estábamos cansados ya de pelear por cualquier cosa y esa pelea fue la gota que derramó el vaso, él me dejo para siempre. Yo no le había creído, yo pensaba que lo de nosotros no tenía final, que lo nuestro era para siempre, pero siempre pasó a ser una simple palabra ese día.
Hoy después de dos años y medio, yo lo sigo viendo en el colegio pero cada uno hizo su vida, y juro que no hubo un día que no haya pensado en él. Duele muchísimo verlo feliz sin mí. Hoy él tiene una nueva pareja y se lo nota feliz. Cada vez que cruzamos miradas todavía se ve el fuego que hubo entre los dos, yo creo que nada murió todavía, creo en el destino y la esperanza de volvernos a juntar nunca la voy a perder. Lo amé a los 14 años y lo sigo amando a mis 18 años. Agustin fue mi vida, el me enseño lo que es el amor y sé que las miradas dicen lo que el corazón no se anima a decir.
El primer amor no se olvida. Nunca nadie lo va a poder reemplazar. El recuerdo es el único paraíso del que no podemos ser expulsados. Tengo todos sus recuerdos en varias cajas de zapatos y cada tanto me da por mirar y llorar recordando momentos que ya no van a volver a pasar.